Ficha del Documento
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1. Autor ( quien es, que cargo desempeña?
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Fernando Araújo Vélez,
periodista
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2. Titulo del documento
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El viejo dolor de los revolucionarios
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3Identificación espacial y
temporal. (cuándo y dónde se produjo o se dio a conocer este documento)
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El 29 de Abril de 2017
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4.Naturaleza del
texto (carta, decreto, discurso, libro, panfleto, etc.)
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Opinión
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5. Tipo de documento
(fuente primaria = escrita en la misma época en que
acontecieron los hechos descritos; o secundaria = escrita con posterioridad a
los hechos relatados)
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Secundaria
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6. Destinatario
(a quién estaba dirigido, ante quién fue dado a
conocer)
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Fue dirigido al público
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7. Ideas principales
del documento
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Las palabras y personas, de lo que
sicedia antiguamente ahora solo se podria usar para ls farándula actual.
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8. ¿Cuál es la
intención del autor?
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Darnos a conocer a que tan grande extremó a podido llegar la farándula, tanto asi que ya elimina terminos
simplemente por moda.
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9. opinión personal:
escriba mínimo un párrafo en donde plasme su criterio personal sobre el
texto
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Es cierto lo que el autor dice, ya que
"culturas", simplemente las van sacando, por que no tienen el
estilo de palabras que es necesario usar, o tan bién ignoran temas que para muchos podrian ser importantes, pero se
dejan llevar solo por la moda, la cual siempre estará constante pero nunca sera importante en realidad.
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En estos días sin revoluciones, en estos días tan quietos, pienso en las viejas revoluciones y voy concluyendo que la palabra revolución pasó de moda, y me sorprendo y me angustio al comprender que las palabras y los conceptos pasan de moda, y que siempre hay alguien arriba o abajo que decide hacerlas pasar de moda porque no le convienen. Pasaron de moda las frases conciencia de clases y lucha de clases, y se enterraron las palabras proletariado, insurgencia, rebelión, y los manteles, como escribía Octavio Paz, dejaron de oler a pólvora, y los referentes, los viejos y luminosos referentes, también pasaron de moda, y ya pocos hablan de Lenin o de Trotski, de Marx o de Engel, de Rosa Luxemburgo o de Aleksandra Kollontái, de María Cano o de Teófilo Forero, y si hablan o escriben de ellos suele ser para satanizarlos.
Aquellas viejas palabras fueron reemplazadas por confort, alegría, obediencia, humildad, y el olor a pólvora se transformó en olor a dinero. La lucha bajo una consigna común, la disciplina, el endurecimiento bajo el fuego del riesgo constante que iban conformando a los revolucionarios, según Trotski, se convirtió en una competencia por aparentar, en un cumplir horarios dejando pasar el tiempo, sentados ante una computadora absorbiendo lo que quieren que absorbamos, basura, y en debilidad y facilismo. El lugar de los antiguos referentes, aquellos que dieron la vida por una causa, su causa, o aquellos otros que inventaron sus mundos con una pluma o un pincel, un piano o una cámara, ciegos, epilépticos o atormentados, fue ocupado por las estrellas de la farándula, a quienes volvimos ejemplos que seguimos porque lo importante era y es y será salir en la tele.
Y miramos hacia un lado y hacia otro, y ya nada huele a pólvora, porque hasta a la palabra pólvora la han proscrito. Y miramos hacia adelante y sólo percibimos más confort, más basura, más debilidad, más sonrisas postizas y más estrellas rutilantes que no dicen nada, porque precisamente no decir nada vende, adormece, nos mantiene en zonas de comodidad y nos aleja de aquel viejo dolor que era la esencia de los revolucionarios.